En este artículo me gustaría
adentrarme en aspectos socio-económicos, a grandes rasgos, que podrían ser
origen y causa de la situación tan lamentable de la economía bailenense y la
precariedad galopante a la que estamos sometidos la clase trabajadora. También
me gustaría hacer una reflexión en voz alta de cuales podrían ser algunas
soluciones y cuales de las medidas del actual equipo de gobierno local podrían
ser contraproducentes.
Si partimos de la base que la
economía bailenense se nutría directa e indirectamente del oligopolio del
sector industrial relacionada a la fabricación de ladrillos y derivados , base
fundamental del desarrollo de Bailén y de las economías domésticas, su
"hecatombe" ha dejado un pueblo, que si no fuera por las ataduras
hipotecarias y la posibilidad de SOS familiares sería lo más parecido a la
aldea de Zocueca.
Siguiendo esta línea argumental,
mi análisis se centra en dos factores productivos básicos, capital y trabajo, y
en un agente económico que debería ser el más protegido, no por su importancia
en el flujo de la economía sino por ser el más castigado en ciclos de recesión,
que son las economías domésticas.
Si hacemos caso de la teoría
keynesiana de los ciclos económicos y la propaganda continua del actual
gobierno neoliberal que defiende que la crisis está superada, la fase a la que
se enfrenta la sociedad para superar las penurias a las que estamos siendo sometidos, se deberían empezar
a cimentar en políticas económicas expansivas, aumentando el gasto público y
reduciendo impuestos, sin embargo me quedo perplejo como el actual gobierno
local quiere aumentar el IBI en un 10%. Cierto es que las competencias locales
en política impositiva y recaudatoria son escasas, pero si las que tienen , no
las utilizan bien, flaco favor hacen a las familias.
Desde mi punto de vista no creo
que la reconstrucción económica y empresarial de Bailén deba basarse en subidas
de impuestos o centrar todos los esfuerzos en proyectos como la apertura de un
geriátrico ( positiva pero insuficiente), sino en proyectos decididos y de una
obviedad clara como es la regeneración del tejido industrial y la búsqueda de nuevos proyectos empresariales NO
relacionados con el ladrillo. Entiendo que son proyectos fáciles de teorizar
pero complicados de plasmar pues requiere un esfuerzo brutal de los gestores
locales y que Bailén se convierta en un sitio atractivo para que nuevas
empresas quieran situarse en nuestro pueblo e invertir en ellas. En este punto,
tenemos a nuestro favor la capacidad inmensa de trabajo del bailenense y
nuestra situación geográfica pero en
contra la manera de pensar del empresario y del trabajador, que necesitan un
cambio radical.
Por parte del empresariado es más
complicado de cambiar, el ansia desmedida de maximizar beneficios unida a la
elevada tasa de desempleo está llevando al empresario de Bailén a cometer actos
deleznables propios del tercer mundo, pero la llegada de nuevas empresas podrían
obligarlos a "cambiar el chip", pero lo veo difícil.
Por parte del trabajador
bailenense tampoco es fácil. Aquí entramos en una cuestión social muy compleja
y enquistada a lo largo de décadas. La sistematización consentida del
trabajador está generalizada y sus deseos de satisfacción por mínimos es un
hándicap casi insalvable a la hora de romper barreras. Incluso en épocas de
bonanza económica , cuando todos pensábamos que eramos burgueses acomodados,
mirábamos hacia otro lado.
Si estos factores fueran
modificados, nuestros representantes públicos se pusieran las pilas y con el
esfuerzo de tod@s pienso que quizás mi querido pueblo se pueda levantar del
coma.
Francisco Castillejo de Haro
(Estudiante de Ciencias Políticas y afortunado casi mil eurista)
No hay comentarios:
Publicar un comentario