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lunes, 31 de enero de 2011

Artículo de Manolo Ozáez para COPE JAÉN


Buenos días. Esta tarde presento mi novela "NUNCA SUPIERON DE QUÉ GUERRA SE TRATABA" en la vecina ciudad de Córdoba, en la sede de la Casa de Jaén en Córdoba. No es la primera vez, ni espero que la última, que colaboramos entre particulares y entre asociaciones de las provincias de Jaén y de Córdoba, a veces tan cercana y a veces tan distante. En la última ocasión en que coincidimos en un acto, recreando la toma de Córdoba por las tropas napoleónicas en aquel aciago año de 1808, almorzamos un gran número de amigos en la sede del Rectorado de Córdoba, al abrigo de los vestigios de una cultura milenaria que inundó toda Europa y que emanaba de aquella antigua metrópoli convertida en la capital de un imperio, ocupada por numerosas civilizaciones, al abrigo del gran río Guadalquivir que vertebra toda Andalucía y que en Córdoba se hace testigo silencioso de la historia. Nos contábamos nuestras cosas, el cómo nos iba la vida, cómo habían crecido nuestros hijos desde la última vez que nos vimos, y otras cuestiones por el estilo. En el fondo, y es lo que intento deciros, subyacía la nostalgia del Jaén que aquellas familias conocieron de niños y que abandonaron en busca de un porvenir que se hizo patente en Córdoba, tan cercana y a la vez distante. Muchos de aquellos paisanos no habían vuelto nunca a su Jaén - nos lo decían entre suspiros -, y ciertamente que echaban de menos estas calles sinuosas, aquellos rostros antaño jóvenes. Yo les decía, Jaén para vosotros, al igual que Córdoba para nosotros, tan cerca y a la vez tan lejana. Consiste en girar la llave de arranque del automóvil y recorrer 100 kilómetros de recuerdos. Por cierto, que en la Librería Metrópoli de Jaén, todavía quedan algunos ejemplares de la novela "Nunca supieron de qué guerra se tratab

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