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viernes, 31 de diciembre de 2010

Comentario de Manolo Ozáez en COPE JAÉN el 31 de diciembre, FIN DE AÑO


Buenos días oyentes. Adiós al año 2010, del que algunos dirán "que te vaya bien, que te parta un rayo, que te pille un tren". Precisamente no pasará a la historia por sus excelentes datos económicos, ni tampoco por las fabulosas listas de empleo, menos aún por la cordialidad exhibida entre los grupos políticos del arco parlamentario o por la infinidad de acuerdos alcanzados en la cumbre, ¡es broma!. Pasará, con total seguridad, a los libros de historia de nuestro país, por el esfuerzo de algunos jóvenes en alcanzar metas hasta ahora inalcanzables o difíciles de conseguir, como el traer, por primera vez, la Copa del Mundo de Fútbol a España, en una suerte de éxtasis colectivo que inundó nuestras calles, desde los barrios más pobres a los más guetos más opulentos; que anegó de alegría nuestras ciudades, desde el norte pirenáico al sur fronterizo con África, desde Galicia hasta el Levante, pasando por Baleares y Canarias, que siempre es una hora menos, por lo cual se enteraron literalmente antes que los peninsulares, haciendo que nos olvidáramos durante una quincena de los cotidianos problemas de supervivencia y asfixia. Otra legión de deportistas del mundo del motor sobre las dos ruedas, hicieron triplete en el Mundial, gesta que tardaremos algunos años en igualar, ¿o quizás no?. Un año en el que lo poco que nos hizo disfrutar vino de la mano del deporte español, no de la economía, no de la política, no de la banca, no de las empresas. Al menos, nuestros atletas y deportistas nos hicieron olvidar durante breves momentos la terrible realidad de un país sumido en la desesperanza que quiere y no puede salir de ese pozo de miseria porque alguien –pónganle ustedes nombre- desde abajo nos retiene, impidiendo que saquemos la cabeza.
Manolo Ozáez

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