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lunes, 26 de julio de 2010

LAS PEORES FIESTAS DE NUESTRA VIDA

Sin lugar a dudas, el 95 % de los encuestados bis a bis -por decir un número, pero podría ser más... o algo menos-, coincide en que estas Fiestas de Bailén de Julio de 2010 van a quedar en la historia como las peores fiestas de nuestras vidas, o hasta donde alcanza la memoria. Ni una sola actuación de mérito, de fuegos artificiales ni hablemos, de luminotecnia mejor ni hablar. Nos comentan que incluso una caseta, por falta de afluencia de público, tuvo que abandonarla al segundo o tercer día de feria. Latente y manifiesta escasez de público en la mayoría de los actos, casetas y atracciones. Sin olvidarnos del presunto fraude del cartel. Ni eso se ha librado. Es posible que en el calendario anual nos saltemos este fatídico año por muchas razones: la tormentosa crisis económica, que en nuestra localidad es especialmente virulenta, y por las nefastas Fiestas de Julio.

A la falta de dinero en las arcas del Ayuntamiento, que ya se hace asfixiante por la escasa, nula o patética gestión del actual equipo de gobierno, que les lleva a estar endeudados con todo ser vivo que anda o respira, incluidas todas las asociaciones culturales, educativas y deportivas de nuestra localidad, a las que debe hasta dos y tres años, según qué casos, y que las aboca a la desaparición o al menos a la desesperación, en esta ocasión se le ha sumado la falta de motivación e imaginación de los responsables de Festejos, pues de todos es sabido que con una dosis de pimienta e ingenio se podrían haber conseguido unas Fiestas más participativas, implicando a las asociaciones culturales y deportivas, ¡sí!, a esas a las que se les debe tantos ejercicios económicos, implicar a las asociaciones vecinales, ¡sí!, a esas a las que se les debe tantos ejercicios económicos, y mezclándolo bien, batido y sin adulteraciones, podrían haberse conseguido unas Fiestas entrañables, pero no extrañas; pasables, pero no pasotas; ligeras, pero no aligeradas. Tal vez menos cenas y comilonas oficiales, menos pavoneo y más lo que realmente importa: la gente y sus preocupaciones cotidianas.

Alguien me preguntó, desde la lejanía, que qué nota le daba a estas Fiestas. Mi respuesta inmediata fue de "0" patatero. Siendo objetivo y consecuente, puesto que también detrás hay personas que se han preocupado en lo personal de que estas Fiestas parecieran lo que no eran, podríamos mejorar la nota hasta llegar a un 1,5, pero no más allá. Ahora usted piense lo que quiera y si quiere, manifiéstese. Nosotros no le censuraremos. Es más, respetaremos su confidencialidad para evitarle desagradables sorpresas institucionales.



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