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jueves, 21 de enero de 2010

IMPERIO DE MEMOS Y PAPANATAS

Artículo escrito para la revista "Amigos del Deporte", y que por cuestiones técnicas no ha podido ser publicado.
Siempre he defendido, como algo obvio, que la práctica del deporte, tanto de base como de élite, es generadora de valores éticos y humanos positivos, solamente equiparables a los que aporta la cultura y el arte. No digo que otras facetas de la actividad humana, como el trabajo, el ocio, o las miles de aficiones que los individuos cultivamos, no sean proveedoras de tal alimento para el espíritu, pero siempre las he puesto en un segundo plano con respecto a las que aporta el deporte y la cultura, elevados por igual a la máxima categoría. Y muy probablemente la mayoría de los que os asomáis a la revista “Amigos del Deporte”, y los que aún no lo hacéis, suscribís esta reflexión, que en ningún momento he defendido que sea mía, por favor. Es seguro que la haya escuchado en cualquier foro o conversación de salón, de taberna o de corrillo, pero que automáticamente la hago mía porque sí, sin más, o tal vez porque encierra en muy pocas palabras un infinito cúmulo de pensamientos y reflexiones sobre la vida, sobre la dignidad humana, sobre los valores que propugnamos y que protegemos, y que a la postre queremos proyectar hacia quienes nos rodean. Eso es lo que un medio como Amigos del Deporte procura desde su fundación: inculcar valores que oponer frente a una sociedad cada día más deshumanizada y despersonalizada.

Es por ello que cuando leí en el blog de Bailén Informativo que el Club Balonmano Bailén y el Recreativo Bailén, habían citado en los salones de los hermanos Criado a los padres y tutores de los chavales y chavalas que pertenecen a ambos clubs y que practican los sanos vicios del deporte, para exponerle la trágica situación que vivían ambos clubs por el incumplimiento de nuestro Ayuntamiento de Bailén en el pago de los compromisos adquiridos con ambas entidades, no pude por menos que lanzar un grito al cielo y sumarme a las reivindicaciones de estos colectivos, aunque fuera de forma testimonial y desde esta y otras humildes tribunas informativas.


Llegué a pensar si nuestros representantes políticos locales alcanzaban a comprender la magnitud de la catástrofe que provocaba el quebrantamiento del compromiso económico con el balonmano y el fútbol de nuestra ciudad, precisamente en unos momentos que todos nos atrevemos a evocar como mágicos para ambos deportes en Bailén, no decimos ya a nivel de toda España, por el seguimiento a que son sometidos desde que se consiguieran los máximos éxitos a nivel internacional.

Hacía poco que asistíamos asombrados, pero no sorprendidos, a la medalla de oro en el cross europeo, celebrado en Dublín, del español, de origen etíope, Alemayehu Bezabeh, y a la consecución de la medalla de oro por equipos de la selección española masculina de atletismo. Y en la misma prueba, el subcampeonato, y por consiguiente la medalla de plata, para la española Rosa Morató, así como la medalla de bronce por equipos de la selección femenina. Y como colofón oír sonar el himno español mientras nuestra bandera ondeaba al gélido viento irlandés. Antes, nos habíamos dado los amantes del deporte un festín con la victoria en el último segundo de la selección femenina de balonmano frente a la potente selección rumana, que le garantizaba disputar la semifinal del campeonato del mundo, si bien a la postre fuimos cuartos, quedándonos a las puertas de las preseas. Alguien se podría imaginar tales éxitos de nuestros deportistas internacionales si en sus propias ciudades, en los momentos iniciales de su formación, los papanatas y memos políticos de turno les hubieran birlado el derecho a practicar la noble actividad deportiva. ¿Qué sería de nuestras jóvenes promesas si en tan temprana edad se les cortara su proyección en el deporte? ¿Valoran los necios el alcance del desastre personal, y también colectivo, que puede llegar a producir una irresponsabilidad tan brutal?

Como padres, aún vamos un paso más allá, y pensamos en la posibilidad de que nuestros hijos sustituyan el balonmano por el botellón, el fútbol por las drogas o el baloncesto por la violencia callejera. Que no tengan lugares ni espacios donde fomentar ese espíritu de solidaridad y colaboración que conceden los equipos, que no tengan unos clubs que dirijan sus pasos, que coordinen sus inquietudes y que, en definitiva, velen por su desarrollo personal, humano y social, que a la postre es cultura.


Por ello, me preocupé de hablar con los dos presidentes de ambas entidades, así como miembros de sus juntad directivas, y, tras conocer la situación real, y el problema mayúsculo que les había generado nuestro Ayuntamiento a ambas sociedades deportivas, no es que le roguemos, pues ya pasó el tiempo y el momento del rogáramos, es que les exigíamos, al unísono, que hicieran firme el compromiso de pago que pactaron con el Recreativo de Bailén y con el Club Balonmano Bailén, antes de que su torpeza política generara males irreversibles entre las filas de nuestro jóvenes. No se trata de pedir dimisiones, que no vienen a cuento, como recalcaba el presidente del Balonmano, José Martínez, se trata de cumplir con lo pactado de la forma que sea y a la mayor brevedad posible. Y si no fuera así, tener la decencia política de irse a casita a cultivar malvasías y jugar al póker en familia, dejando a otros la elevada tarea de capitanear la nave en deriva.


No cabían excusas ni medias tintas cuando ambas entidades habían cumplido sobradamente con su parte del trato, colocando a sus equipos de referencia en lo más alto de las clasificaciones, y comprometiendo a más de quinientos jóvenes de nuestro pueblo, hombres y mujeres, en el ejercicio del balonmano y del fútbol, y que las más altas instituciones públicas y privadas han sabido reconocerles con infinidad de premios y galardones que ilustran mis palabras, como es el caso del Premio Caecilia al Deporte que ambas entidades, en distintos ejercicios, obtuvieron.


La última hora, pues este artículo se redactó en los momentos álgidos y calientes del problema, es que de los 50.000 € que el Ayuntamiento adeudaba a cada club, se había efectuado, el mismo día de la reunión informativa en los salones de los Hermanos Criado, una entrega a cada entidad, de un adelanto de 10.000 € que las directivas consideraban insuficiente y que solamente, entendían ellos, buscaban acallarles la boca, y al parecer en los primeros días de enero otra entrega de 10.000 €, lo que nos lleva a pensar que sí han dado sus frutos las medidas de presión planteadas en un principio por ambos clubs, y que de momento se mantendrán, en previsión de futuros incumplimientos municipales. Compartimos con nuestros amigos del deporte bailenense la feliz noticia de la continuidad de las distintas secciones deportivas del balonmano y del fútbol, que se traduce en la práctica y el ejercicio permanente, así como el mantenimiento de determinados valores éticos y de superación de nuestros jóvenes. Otra cuestión distinta serán las metas anheladas por sus responsables, y que de seguro llegarán, pero ello será motivo de debate en próximos números, o al menos eso es los que esperamos, señal inequívoca de la permanencia en el tiempo de las secciones deportivas.

Manolo Ozáez para la revista “AMIGOS DEL DEPORTE”

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