El sábado 30 de enero a las 12 horas aproximadamente era hallado el cadáver de un hombre en el Paraje Natural de La Cimbarra. El fallecido cayó por un desfiladero de aproximadamente 40 metros de altura, muy cercano a uno de los miradores de la cascada.
Imagen de los efectivos de la ambulancia y bomberos midiendo la altura del desfiladero para poder acceder.
Según uno de los agentes de la guardia civil, la caída podría haberse debido a varios factores como un accidente o a la falta de protección en el desfiladero, sin embargo, no se han descartado otras hipótesis como las del suicidio, ya que el hecho de que nadie avisara de la desaparición de la persona y la localización en la que se encontraba el cuerpo tras caer podía llegar a hacer creer a los agentes que hubiera saltado.
Durante unas dos horas, el equipo de sanitarios y varios agentes más acudieron al lugar de los hechos con el fin de buscar la vía más fácil para acceder y recoger el cadáver. Al final, un equipo de bomberos de La Carolina realizó esta laboriosa operación gracias a ello no hizo falta del uso del helicóptero.
Tras recogerlo, fue llevado con destino al depósito forense donde se le practicará las pruebas forenses, procederán a examinarlo con el fin de identificarlo y conocer con más detalles la causa de la muerte.
Fotografía del mismo desfiladero en que apreciábamos a los efectivos unas fotografías más arriba, visto desde la posición de éstos. Como podréis comprobar, las barandillas o elementos de protección brillan por su ausencia.
Como nota personal, me gustaría añadir como espectadora y periodista casual, que puede que sean muchos los factores los que apunten a la hipótesis de la caída, porque este sendero es muy conocido y transitado por multitud de personas, de entre ellas familias con niños, y estos desfiladeros son demasiado accesibles aunque no poseen ningún tipo de barandilla o protección que impidan tragedias como éstas.
Por desgracia, yo he sido una de los testigos y gracias a Dios, no fuimos mis amigos y yo los que nos encontramos con el cadáver, pero sí lo hicieron un grupo de excursionistas que precisamente iban delante de nosotros unos diez metros.
Pude haber realizado fotografías del fallecido, pero la escena era tan macabra que preferí no hacerlo.
Quizás cuelgue algunas fotografías del rescate.
MAY OLIVARES
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