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martes, 22 de septiembre de 2009

EL PUEBLO DE LOS HOMBRES QUE ESTABAN APAÑADOS

Existió una vez un pueblo en el que los hombres pensaban que estaban apañados. Trabajaban, estudiaban y vivían placenteramente sin meterse en los asuntos de los demás. Eran buena gente al fin y al cabo, sin demasiada malicia.

Ese pueblo cuyos hombres creían que estaban apañados no eran muy dados a las actividades culturales ni a las manifestaciones ni a reivindicaciones de ningún tipo, era facil verlos "apañados" en sus bares, en sus casas y en sus calles. Siempre se qejaban de todas las actividades culturales que se hacían en la villa, pero tampoco asistían niparticipaban de ellas. Algunos de sus comentarios eran más o menos de esta manera:

-Otra vez una Recreación, jo pues ahora vamos a estar todo el año vestidos de época.

-Una obra de teatro, para que voy a ir si siempre actuan los mismos.

-Una revista del pueblo ¿es gratis o hay que pagar? ¡Hay que pagar! Si siempre dicen las mismas cosas.

-Una entrega de premios: Si siempre le dan los premios a los mismos.

-Un concierto de música: a esos ya los escucho yo en semana santa...

-Hacerme socio de un club del pueblo: ¿para qué, para verlos perder?



Ellos creían que estaban apañados y bien les iba. Les gustaba ver pasar la vida. De sus Fiestas a su Romería, de sus bares a sus restaurantes y de sus calles y sus botellones a sus casas y volver a empezar. Algunos de ellos se creían filósofos porque leian tres seccones del Marca cada día.

Un día algunos hombres perdieron sus trabajos, otros se dieron cuenta que estudiar tampoco les iba muy bien porque no podrían ejercer sus carreras en su pueblo. Otros tantos vieron el panorama y tampoco dijeron ni hiceron nada.

Uno de ellos se dio cuenta de que lo que él creía (que estaba apañado) era un pensamiento erroneo, pero tampoco se le ocurría qué podría hacer para cambiar las cosas. Así pues, no hizo nada.

Algunos hombres lo comentaron entre sí: ¡Nosotros que pensábamos que estábamos apañados! Pues sí. Se dijeron que a lo mejor era verdad que ahora no estaban apañados y que cuando pensaban que estaban apañados a lo mejor no lo estaban del todo. Pero pronto encontraron culpables que por su puesto no eran ellos.

Esos hombres que creían que estaban apañados dejaron de hablar del tema. Unos creían que sería un algo pasajero, otros que sería un algo cíclico y que sólo estarían apañados por épocas. Incluso alguno se atrevió a pensar que era una crisis de apaño, que aveces unos se desapañaban un poco para que otros estuvieran un poco mápañados... pero ninguno decidió hacer nada, bueno en realidad alguno sí, alguno se miró la hora y decidió que era el momento de tomarse una caña. Otro decidió irse a su casa con su señora y alguno que otro decidió irse a dar una vuelta, aunque tampoco sabía exactamente dónde podría ir.

Algunos hombres que creían que estaban apañados decidieron irse a sus repsectivos bares de costumbre y dejaron la conversación para otro momento. Hasta luego Pepe.
Hasta luego Luis.

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