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lunes, 10 de agosto de 2009

GRACIAS POR ESCUCHARNOS EN ESTE DESIERTO QUE ES INTERNET

De desierto nada -se trata de una metáfora equivocada-. Quería decir desierto por que casi siempre nos enfrentamos solos al ordenador, como si vagáramos por un desierto, sin saber que cientos, miles, millones de ojos nos observan, millones de oidos nos escuchan. Por eso rectifico: de desierto nada, está suficiente y demostradamente poblado de seres extraños que piensan por si solos y que en ocasiones se expresan.
Hemos recibido una avalancha -me gusta esta palabra-, que diría Enrique Bumbury, de respuestas, de mensajes, de amigos que nos leen y que nos siguen en este blog, A todos ellos hemos intentado responder, incluidos los anónimos -sus motivos tendrán- y ahora aprovecho la ocasión para pedirles públicas disculpas por haber dejado unos días olvidado este medio de expresión -Miguel Ángel más que yo, por cierto-.
Con algunos nos hemos comprometido a incluir el viaje completo a Talavera de la Reina, incluida Recreación, el viaje a La Coruña compartiendo amistad, conversación y muchas copas en la sede de The Royal Green Jackets con motivo del Bicentenario de la Batalla de Elviña. Este fin de semaña hemos recreado en Camuñas (Toledo) y compartido tiempo estresado con Julio y demás organizadores del evento. Por cierto, magnífico espectáculo el que se vive en Camuñas cada año, y va a más. Os aconsejo que el próximo año en Agosto asistáis al acto, que no es una simple recreación, puesto que está aderezada con mucho teatro y una gran puesta en escena, con enorme afluencia de pública para un pueblo de unos escasos 2.000 habitantes. Es todo: el cariño de la gente, los bellos rostros de sus mujeres (hubo quien sugirió que de allí surgió la imagen de Dulcinea del Toboso). No me extraña ni un pelo después de mirar a los ojos de Elena, una belleza rubia que estudia Teleco en Valencia, para más señas.
Un bien surtido mercadillo de época en el que pagábamos con francisquetes, moneda realizada expresamente para tal acontecimiento. Los bares de época en el que corría el vino y el ponche manchego de jarra en jarra para deleite de los visitantes. Una suerte de orgía de los sentidos que no dejó a nadie indiferente y sí satisfechos, enganchados para volver el próximo año.
Os prometemos narraros las peripecias, así como tenemos pendientes sendos artículos de nuestro corresponsal en París, Londres y ahora Tenerife, Miguel Ángel, que nos los debe. Al parecer, si se demora tanto es que está preparando unos artículos con un par de huevos serranos ¡Qué sé yo!
De todos modos GRACIAS por vuestra atención y vuestra paciencia.
Pd: Al final de mes os mandamos los emolumentos pactados.

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