Amigo Miguel Ángel:
Que tu desconexión no sirva de excusa para olvidar tu compromiso. Que tu desocupación no sea un acicate para la creación. Que tu encendida pasión de recién casado no sea la razón de la sinrazón. Olvidas que hay vida fuera de la asamblea de las fuertes emociones. No escurras el bulto de lo irremediable, si al final eres sabedor de que te alcanza.
Que tu abandono no sea la causa que se busca de excusa para no entrar en razón ¿Tengo razón? ¿Sigues buscando el grial de la absoluta amistad? No deja de ser un juego el mediar entre las partes, procurando el equilibrio cierto entre lo que uno piensa y lo que uno sabe que es. Habrá momentos en la vida que tendremos que decantarnos por el azul o el amarillo; por el negro o el blanco; por la nocturnidad y sus consecuencias o el día y sus secuaces. Decantarse es lo único cierto. Pero no olvides que un día escribirás porque necesitarás hacerlo, fuera de toda imposición, convencido de ello, porque sabes que lo escrito siempre será más bello que lo hablado, que tus pensamientos sobre el papel están enteros, sin ser menospreciados. Y lo sabes por alguna razón que ambos desconocemos pero que nos aproxima hacia un precipicio que estamos dispuestos a saltar, porque sino, ¿como averiguaremos qué nos depara la sublime caída?
Es el juego del alimón, y como en Jumanji, está prohibido romper las reglas, pues las consecuencias pueden ser nefastas para el espíritu de uno mismo. De ahí que te advierta que tienes pendiente tu próximo artículo, mal que te pese un huevo ... de avestruz enjaulada.
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